¿De qué se ríen?

Ayer, en el Congreso de los Diputados, la mayoría absolutísima del Partido Popular junto con el apoyo de algún socio satélite, como Unión del Pueblo Navarro, aprobó el mayor recorte jamás realizado en la Sanidad española, que rompe con el principio de universalidad del sistema y que nos condena a un futuro, sin duda peor. Sin entrar a valorar si este tipo de medidas de recortes brutales son o no necesarias, sin determinar sin nos vienen impuestas desde Europa, los mercados o responden al ideario popular, sin juzgar si buscan el desmantelamiento de lo público para generar negocio para sus amigos y aliados, la pregunta que nos hacemos todos los españoles viendo las imágenes de la sesión parlamentaria de ayer es: ¿de qué coño se ríen los Ministros de Rajoy? Incluso entre los más fachas de los fachas, no será difícil reconocer que recortar en Sanidad, hacer pagar a los jubilados parte de sus medicinas, obligar a un enfermo de cáncer a pagarse la ambulancia hasta el hospital para recibir tratamiento, cobrar la silla de ruedas a un minusválido, son medidas duras y que acarrean sufrimiento a los ciudadanos. Me vienen a la retina las imágenes de la Ministra italiana de trabajo, Elsa Fornero, que al anunciar en rueda de prensa recortes similares para su país, en este caso en materia laboral, rompe a llorar y tiene que ser relevada por un compañero, menos sensible al dolor de sus compatriotas. No digo yo que la Ministra de Sanidad española, Ana Mato, tenga que llorar pese a estar anunciando la muerte del Sistema Nacional de Salud, como actualmente lo conocemos, pero al menos, señora mía, no se ría. No se ría usted y no se rían sus compañeros de bancada que, vistas sin volumen, las imágenes del Congreso ayer, más pareciera que España iba bien en lugar de tener la prima de riesgo por encima de los 500 puntos básicos, pagar intereses de la deuda española por encima del 6%, 6 millones de parados, la economía en recesión y estar anunciando que dejaremos morir sin atención médica a los ciudadanos inmigrantes en situación irregular. Entre la indignación de ver dos tercios de los escaños vacios, que se ve que sus Señorías, de todos los colores políticos, tienen algo mejor que hacer que presenciar el mayor hachazo a la Salud Pública de la historia de España. Y el cabreo de las risitas y cuchicheos de la derecha española mientras sus Ministros echan tierra sobre un sistema sanitario que ha sido la envidia y el ejemplo a seguir por medio mundo civilizado. Me vais a perdonar pero solo se me ocurre una cosa: “a la mierda, señores y señoras del Gobierno, váyanse ustedes, a la mierda” (léase con voz de Fernando Fernán Gómez cargado de razones).