NUESTRAS IDEAS , NUESTRO PROYECTO POR CÓMPETA

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martes, 27 de abril de 2010

EL PP "TOLERA" A FALANGE PORQUE ES "UNA CORRIENTE DE PENSAMIENTO" Y TACHA DE EXTREMISTAS A LOS DEFENSORES DE GARZÓN (El Portavoz del PP, González Pons


Ayer Mariana Dos Pedales, perdón María Dolores Cospedad "La Bién Pagá", decía que las manifestaciones a favor del juez Garzón rompían, esta vez no era España sino la democracia. Hoy, el portavoz del PP, Esteban González, alias "Plan Pons Belleza En 7 Días", a los que se manifestamos a favor del juez Garzón, por una justicia democrática, en contra de la impunidad del franquismo y de la corrupción política, nos llama radicales, casi al límite de lo que le hubiera encantado que es tacharnos de subversivos. Otra vez, como el caso Garzón, el mundo al revés.

En esas mismas declaraciones, en cambio, califica a Falange Española como una corriente del pensamiento. El PP siempre tan condescendiente con la extrema derecha fascistoide de la que procede y le vota. Quizás lo que le ha faltado al Plan Pons es concluir con que esa corriente es la que le da la luz, entre el pasado y el presente, al actual pensamiento reaccionario del PP, y cuyo máximo exponente en megawatios de ese puente histórico, entre La Dictadura y la Democracia, lo representa su fundador y actual presidente de honor, Manuel Fraga Iribarne, cuya hoja de servicios al franquismo no tiene desperdicio.

Ello nos obliga a repasar la Memoria Histórica, a la que el PP le tiene un enorme pavor sobre todo para que muchos de los jóvenes no conozcan de dónde procede y sepan que hay tras su fachada que apenas se rasca con la uña aparece como trasfondo el franquismo con sus yugos, flechas y aguiluchos.

En este sentido, recorriendo la biografía de su actual presidente de honor, Manuel Fraga, del que derivan los actuales cachorros peperos, gran parte de ellos herederos familiares directos o sociológicos del franquismo, se obtiene la mejor radiografía del PP, y del por qué de los planteamientos que le mantienen tan alejados con diferencia de la derecha conservadora europea.

Manuel Fraga tuvo su primer cargo político, designado por el Gobierno de Franco, en 1951, cuando la represión y los asesinatos de demócratas y resistentes a la tiranía seguían estando a la orden del día. Es más, el 10 de julio de 1962, ocho días antes de cumplirse el 26 aniversario de lo que Fraga en sus discursos calificaba como el día en que se inició el glorioso Movimiento Nacional bajó la égida inigualable e irrepetible del Caudillo por Dios y por España, es decir se refería al día en que comenzó la felonía golpista contra la legalidad constitucional encabezada por el sátrapa de Franco, fue nombrado ministro de la Dictadura cuyo cargo ejercería hasta el 29 de diciembre de 1969.

En ese periodo, como portavoz de la Dictadura, entre otras tareas, se encargaba de hacer público los fusilamientos de los presos de conciencia, tras la conclusión de los Consejos de Gobierno, a donde iban destinadas las peticiones de clemencia. Por ejemplo en el caso del dirigente comunista Julián Grimau, al que calificó de "ese caballerete" en rueda de prensa cuando estaba detenido y condenado a muerte antes de ser fusilado en 1963, provocando una gran campaña de rechazo a nivel internacional, con intervención inclusive del Papa que no logró salvarle la vida. Fraga justificó la ejecución y a fecha de hoy aún no ha expresado su arrepentimiento. El novelista y ex ministro de Cultura bajo la democracia, Jorge Semprún, ha dicho que "Fraga fue uno de los ministros que fusilaron a Grimau". También en esa etapa llegó a cerrar hasta el archirreaccionario diario ABC, no digamos el periódico diario de Madrid que se lo cargó definitivamente y cuyo edificio fue volado con dinamita. Fraga, fue asimismo el alma pater de la campaña propagandística del Régimen fascista, “XXV años de paz”, para ensalzar los veinticinco años transcurridos desde la victoria en la Guerra Civil “contra rojos, masones y ateos”, esa paz construida sobre la base de cementerios.

En 1973, Fraga, fue en la terna que presenta el Consejo del Reino, junto a Carrero Blanco y Raimundo Fernández-Cuesta, al general Franco, para que éste designe presidente de gobierno. En 1975 fue nombrado vicepresidente y ministro de Gobernación (cargo equivalente al actual de Interior) del gobierno de Carlos Arias Navarro, “El Carnicerito de Málaga”, en el primer gobierno del rey Juan Carlos. Bajo su mandato en este Ministerio, en 1976, Fraga acuñó la frase «La calle es mía», para que la oposición democrática supiera que seguía prohibiéndose manifestarse el Primero de Mayo. En esta época también se producen gravísimos incidentes con las fuerzas represivas policiales bajo su mando: los Sucesos de Vitoria (1976), donde sus antidisturbios mataron, en el interior de una iglesia, a 5 obreros e hirieron a más de 100 personas, o la "Operación Reconquista" o sucesos de Montejurra, con dos muertos y varios heridos. Asimismo, continuaron actuando los escuadrones de la muerte formados por elementos de extrema derecha apoyadose en sus fuerzas policiales. Las denuncias de torturas acreditadas en los informes de Amnistía Internacional aumentaron. El Rey acabó echando a Arias Navarro y nombrando a Adolfo Suárez que no contó con Fraga.

El 23 de septiembre de 1976, oliéndose que la llegada de la democracia era irreversible, funda Alianza Popular (AP) aglutinando a los ministros que más se habían destacados en su apoyo leal a Franco junto a 183 procuradores que venían designados a dedo desde el franquismo en esa pantomima parlamentaria que eran las Cortes. En junio de 1977 se celebran las primeras elecciones democráticas, siendo Manuel Fraga el candidato a presidente del gobierno por Alianza Popular. Esta fuerza política, que se consideraba heredera del "franquismo sociológico" creía que tenía serias posibilidades de ganar las elecciones con mayoría absoluta. Su mitin final en la plaza de toros de las Ventas en Madrid acabó con sus eufóricos seguidores en pie levantando el brazo a la romana con el grito de ¡¡Franco, Franco...!!. Sólo obtuvo 16 diputados, por debajo del 10% de los sufragios y con menos votos y diputados que el Partido Comunista.

En 1989, sin levantar cabeza en toda la transición democrática, Fraga celebró el congreso de la refundación, AP pasa a ser el Partido Popular (PP). El entonces presidente de Castilla y León, un joven José María Aznar, que en el referéndum de la Constitución de 1978 había planteado la abstención porque ya se rompía España y porque los valores católicos no estaban recogidos, es designado Presidente del PP y candidato a la presidencia del gobierno y Álvarez Cascos, secretario general.

Lo que nos vino después ya es más reciente. ¿Cuándo en España vamos a tener una derecha algo más civilizada y que al menos rompa y condene el franquismo?

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